17 ene 2012

Sabinera

Para una gran sabinera
poetisa, escritora
 y amiga del corazón
Mariana


Hace algunos decibelios
se escuchaba llorar una guitarra
esa augusta y melodiosa sabinera
rascaba profundas notas
de sus rítmicas entrañas

Y aunque dolosas y palpitantes
eran rítmicas y precisas
-sino preciosas sería mas puntual-
de aquella solícita partitura
desgastada y amarillenta
otorgada del laúd olímpico
o simplemente de un corazón olvidado

Aquella mujer de juventud copiosa
de ojos destellantes de un verde olivo
más bien conocida como "la sabinera"
recorre con pies descalzos,
sueños desnudos y
cuartetos para un amor ingrato
el camino largo y sinuoso
de la esperanza perdida
que el viento acompaña con las alas de la utopía

Sabinera ha hablado
se ha puesto un sobrepelliz
con esta leyenda:

"Se busca un corazón sabinero
capaz de soportar palabras desfibrilantes
protector, audaz, emprendedor, cariñoso
que emane una luz para hacer brillar
unos ojos verdes, sin ser deslumbrante,
para no hacer llorar, ni demasiado tenue,
para hacer reír, que sea músico, poeta y loco,
que nunca se canse de amar a morir y sobre todo,
es indispensable sea sabinero".

De los rincones de aquel país
ese que no exime en lágrimas
ni en atolondrados escritores
surge una voz, como un grito a las piedras
que sugiere responder un llamado
que apenas resuella en el tímpano,
necesitado, que no ha gozado
de la palabra correcta.

Vocativas palabras,
casi imperativas para este sabinero
loco, apasionado y soñador
sabinero de un amoroso que calla
aquel que aún no lo sabe de cierto
y que sólo sabe guardar este día
en su alma para siempre.

Sabinera y sabinero
distancias abatibles
dos poetas, dos locos
una guitarra
y el imprescindible deseo
de que algún día
los dos serán lo que se ha olvidado
entrampado en los recuerdos

13 ene 2012

A la luz de tus ojos

A la luz de tus palabras, que cuales saetas invaden mi corazón
iluminan mi espiritu y conceden a mi boligrafo
las palabras precisas, las razones que te guardo
y los momentos que te anhelo
las promesas perdidas, los dolores de un amor pasado
y la esperanza que me aguarda en un ferry
por el caribe, hasta el puerto de tus ojos
aquellos ojos tristes, ávidos de amor y paz
y con la fuerza del oleaje del mar
hacen que mis miedos se dispersen,
y que mi amor retumbe como tambores africanos
no hay porque temer, dulce hija de Ávila...
los amores perdidos, los pasados, los dolidos
ahí están y no se irán, aguardarán por alguna debilidad
solo recuerda que aun hay un guerrero que acompaña tus pasos
y que cual guerrero tambien lleva cicatrices de sus propias batallas
pero no temas, su corazón aun está intacto
y con la fuerza de ser y estar y nunca desesperar
aquí esta el guerrero que aguarda tus sueños
esperando que algún día roces con tu pañuelo sus enlagrimadas mejiilas