17 dic 2011

Ayer

Ayer sabía que mis fantasmas
rondarían mis temores.

Ayer la esperanza parecía ahogarse
en un mar de lágrimas.

Ayer nos sobraban los motivos
para suspirar por un utópico amor.

Hoy, solo por un instante,
por un pequeño instante,
apareces tu,
con el alma abatida
y el corazón en la mano.

¿Qué se pretende bella Mariana?
No lo sé. Supongamos que así debe ser,
toma mi mano y caminemos...

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